LA CANDELA
Una historia de viajes, peleas y tambores
Capitulo 8
EL MAMBULA
Un día decidimos irnos con Larry a andar por el mundo, entonces y después de un gran esfuerzo, llegamos a Quito sin un peso y los tambores a cuestas.
Guerreábamos la vida como toreros y gracias a un taller de teatro de calle comenzamos a refinar los cueros hasta que se nos ocurrió comenzar a tocar en los bares, en ese momento éramos: Larry, Ricardo un bogotano al que le enseñamos a tocar, marcos el guachero y yo.
Nuestros primeros toques los hicimos en un sito de la zona llamado Mambula que era de una amiga de Teatro.
No nos pagaban nada pero salíamos bien borrachos y eso para nosotros era suficiente, además que comenzamos a mezclarnos con la población de mujeres coloradas que al tun tun de los tambores y el ron, se dejaban conquistar facilito.
No estábamos en la mejor forma, hacia un año que no tocábamos y aunque no sonaba tan mal, extrañábamos a Rodrigo, que las malas lenguas nos contaban que cada día andaba peor y que se sospechaba que de vez en cuando se daba látigo para purgar sus culpas pasadas.
Vaya uno a saber.
La cosa es que regresamos a Bogotá en diciembre para pasar las fiestas con la familia y un día, cuando iba a comprar la leche y el pan para el desayuno, una visita inesperada, daría inicio a las épocas de mejor gala de LA CANDELA.
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